El Arcipreste ruega a Dios para que le dé su gracia y lo quiera alumbrar para poder componer un libro de cantares con el que los que lo oigan se puedan entretener. Un libro de buen amor que a los cuerpos alegre y a las almas aproveche. Obra escrita en lengua romance en la que no dirá mentiras, sólo lo que todo el mundo acostumbra y hace.
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